Acuíferos

Estudio INA 1 . 2 . . observaciones 1 . 2 . 3 . . planicie . . humedales . . Salida Luján 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . Parque Industrial 1 . 2 . 3 . . Larena . . Aliviador . . Vinculacion . . Pilará 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . . causa Pilará 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . . planEscobar 1 . 2 . 3 . 4 . . Ord 727 1 . 2 . 3 . . Consultatio 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . . altimetrias . . San Sebastián 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . 17 . 18 . 19 . 20 . 21 . 22 . 23 . 24 . 25 . 26 . 27 . . embalses . . EIDICO . 1 . 2 . . mentiras . . quantum . . El cazal EIRSA 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . La Cañada 1 . 2 . . humedal Escobar 1 . 2 . 3 . . Cartas Doc a Scioli . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . miserias . . cartas doc al OPDS 1 . 2 . 3 . a la AdA . al Juzg Fed 1ºSI . a Sergio Massa . a Zúccaro 1 . 2 . a Alvarez Rodríguez 1 . 2 . 3 . . a otros . . atropellos 1 . 2 . 3 . 4 . . playboy . 1 . 2 . . puertoescobar 1 . 2 . 3 . 4 . . areco . . cloaca 1 . 2 . . causa 2843 JF1SI 1 . 2 . 3 . 4 . . Colony Park 1 . 2 . . preguntas 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . respuestas . . remediacion . . recusacion . . amicus . . propuesta 1 . 2 . . terraplen . . jurisprud . . archivolegislativos . . hidrolinea 1 . 2 . 3 . 4 . . . art 59 . . Res.29/09 . . eiaydia 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . . Valls . . parentescos . . contralor . . salvedades . . IAB . . flujo termodinámico 1 . 2 . 3 . convenglish . . plataforma 1 . 2 . . termodinamica 1 . 2 . 3 . riovivo . . riomuerto . mantos . . sedimentología . . acuíferos . . puelches 1 . 2 . . sustentable. 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . . agua 1 . 2 . 3 . . pendientes 1 . 2 . . index

 

Ahora y aquí no venimos sólo empeñados en defender humedales, sino a tratar de evitar la multiplicación de barbaridades ya cometidas en el acuífero Puelche.

En la página web del Municipio de Luján, así se expresan sus autoridades: "La ausencia del estrato Querandinense en el Partido de Luján  con acuíferos salino-alcalinos, es una ventaja para la explotación de los acuíferos del Partido".

No es este el caso que buscamos reflejar en este capítulo, que al igual que el anterior sobre sedimentología, apunta a nutrir criterios y evitar permisividades sobre los suelos bajos de Pilar y Escobar, viendo que aun pasada la cota de los 7 m/s.n.m hacen acto de presencia los mantos del Querandinense.

Quien quiera hacer rellenos en las inmediaciones de esta cota que los importe o construya sobre pilotes. Quien quiera agua en esta zona, que la importe y que explique cómo regará los idílicos jardines.

Municipios como Pilar, Escobar y Tigre, tienen políticos que incluso siendo médicos han cerrado los ojos o prácticamente ignoran o hacen oídos sordos a estas cuestiones.

Es imposible en estas áreas de cota tan baja acceder al Puelche sin atravesar este manto salobre del Querandinense. Y es imposible cavar estanques para generar rellenos sin romper el manto arcilloso relativamente impermeable que lo confina y sacar a su luz sus aguas.

Aguas salobres que luego son propensas a mayor floculación sedimentaria para terminar disociadas del resto de las aguas dulces que así no le alcanzan dispersión.

"Floculación": coalescencia de precipitados finamente divididos, en partículas mayores. "Coalescente"; que crecen juntos, especialmente por unión de las paredes.

Muestra de estas disociaciones son las que regala la imagen que sigue.

Por ello, es de elemental criterio actuar con oportuna transparencia para desestimar asentamientos de poblaciones en estas áreas, que por estar dadas a los grandes consumos, antes es necesario encontrar la fórmula que impida las violaciones a este acuífero, debiendo permanecer confinado, sin amenazas de agresiones y con claras políticas de control.

Políticas que ya deberían haber sido condenadas en el municipio del Tigre donde estas agresiones ya consumadas, son hoy imposibles de imaginar en reparación.

De aquí, algo se tiene que aprender; comunicando y previniendo estos ilícitos que ninguna Autoridad del Agua por el sólo hecho de anunciar una Resolución 08/04, lograría con sus 11 inspectores controlar.

Fácil es estimar que en áreas del Puelche se realizan más de 15.000 perforaciones anuales de poco más de 10 centímetros de diámetro para instalar modernas bombas de profundidad.

¿A quién se le ocurre que sin ejemplo y sin educación con un sello y pagando un canon, van a resolver esta cuestión? El Pampeano ya está destruído. Y si descuidan al Puelche nos quedamos sin AGUA.

El que imagina que esto es exageración apresúrese en denunciarme o denunciármelo.

Francisco Javier de Amorrortu . 25/5/08

Más allá de nuestras puntuales dificultades con los acuíferos inmediatos, el uso del suelo y las modestas herramientas de conocimiento con las que luchamos, un estupendo informe sobre el gran acuífero Guaraní cabe conocer por

http://www.sg-guarani.org/index/pdf/proyecto/licitaciones/hidro/infogeo/InformeGeo.pdf

 

De las funestas laxitudes de la A.d.A.

Advertimos que la Autoridad del Agua, a la que tan ilusioriamente se le atribuyen responsabilidades de control en estos proyectos, es junto a los mercaderes, la socia responsable de estas calamidades; que pretendiendo administrar un territorio como Francia en superficie, tiene tan sólo 11 inspectores para ello; que así como nunca discernió sobre áreas endorreicas como unidades ambientales de gestión de carácter indivisible, tampoco reconoció en sus decisiones administrativas estudios de hidrología de humedales; nunca hizo un mapeo de las áreas y cotas donde aflora el Querandinense para evitar el caos inevitable que generamos cuando encima de ellas permitimos el asentamiento de núcleos urbanos; ni es capaz de explicar cómo controlará las 10.000 a 15.000 perforaciones anuales de 10 y 15 cms en el suelo que su resolución 08/04 pretende regular con inimaginables recursos de control; ni ha demarcado en su Vida una sóla línea de ribera urbana con hidrología alguna a pesar de llenarse la boca con el tercer párrafo del artículo 18 de su ley 12257/99; ni ha comprendido cómo funcionan las salidas tributarias al estuario y por ello han fracasado todas sus obranzas; que con una sóla persona ha pretendido controlar la gestión de los comités de cuenca de una provincia que en su ecuación hídrica y administrativa pudiera ser la más grande del planeta y que estos han llorado más que huérfanos esa ausente paternidad; que sigue firmando prefactibilidades hidráulicas y Resoluciones hidráulicas en estas áreas de fragilidad extrema, como si estuvieran en la misma luna. Ellos, unos y otros, se han ocupado de bendecir este caos y alimentarlo. A ella, a esa AdA desquiciada desde su nacimiento en laxitudes le van a pedir les firme un papelito de compromiso que por supuesto ya sabemos a qué usos y costumbres responderá. Y a ese papelito que llaman "prefactibilidad" hidráulica le quieren dar entidad que justifique obranzas. ¡Qué descaro! Ver art.7° del Decreto 9404, reglamentario de la ley 8912.

Destacamos en la AdA por su seriedad a la Ing. Ana Strelzik. Hidróloga y antigua funcionaria.

¿Resta entonces alguna otra alternativa de seriedad que no vaya por la vía judicial? . Francisco Javier de Amorrortu . 26/5/08

 

La imagen que sigue muestra el Querandinense en todo su esplendor.

ESTADO DEL AGUA SUBTERRANEA RESPECTO A LA CONTAMINACION CON AGROQUIMICOS EN LA PLATA - BS. AS. .Miguel AUGE (1) y María Inés NAGY (2)
 
MORFOLOGIA, GEOLOGIA Y COMPORTAMIENTO HIDROGEOLOGICO
La región se caracteriza por ser una llanura de suave pendiente hacia el NE, en la que se diferencian dos rasgos morfológicos distintivos (Planicie Costera y Llanura Alta), que se ensamblan por un Escalón.

La Planicie Costera se extiende en forma de faja paralela a la costa del Río de la Plata, con un ancho de 6 a 10 km, posee un relieve exiguo entre cotas 0 y 5 m y una pendiente media de 0,5 m/km. La superficie freática se emplaza a escasa profundidad (menos de 1 m) y aflora en los bañados, por lo que constituye el principal ámbito de descarga natural del agua subterránea.

La Llanura Alta se extiende entre cotas de 10 y 30 m, con un relieve más acentuado. La pendiente hacia el NE crece a 1,3 m/km; aquí domina la infiltración que se traduce en recarga directa al Acuífero Pampeano.

El Escalón conforma el nexo entre los rasgos anteriores, desarrollándose entre cotas 5 y 10 m.

Presenta escasa manifestación geográfica (300 a 500 m de ancho) y prácticamente no controla el comportamiento del agua superficial ni de la subterránea.

La descripción geológica se inicia por las unidades más modernas ya que son las que se vinculan en forma directa con el ambiente.  

Postpampeano (Pleistoceno superior - Holoceno). Está formado por limos arcillosos y arenosos de tonalidad verde grisácea, oscura o azulada, de origen fluvial, marino y lacustre, correspondientes a los pisos Lujanense, Querandinense (marino) y Platense, que ocupan los valles fluviales y la Planicie Costera (Cappannini et al, 1966). Se han detectado espesores que oscilan entre pocos centímetros contra el escalón y 30 m en las cercanías de la ribera del Río de la Plata.

Estos sedimentos finos, de baja capacidad de transmisión, actúan como acuitardos y acuícludos y el agua contenida, por lo general, presenta tenores salinos entre 3 y 10 g/l, excepto en los cordones de conchilla (al Sur de La Plata) donde disminuyen a menos de 2 g/l (Auge,1990).

Pampeano (Pleistoceno medio - superior). Se dispone por debajo del Postpampeano en la Planicie Costera y del suelo en la Llanura Alta. Está compuesto por limos arenosos de aspecto loessoide y tonalidad castaña, de origen eólico y fluvial, con elevada proporción de minerales volcánicos (esquirlas de vidrio) y CaCO3 concrecional, pulverulento y estratiforme. El espesor varía entre unos 50 m en la Llanura Alta (límite sur del área estudiada), hasta desaparecer por erosión en la costa del Río de la Plata.

En su sección superior contiene a la capa freática, mientras que la base es un estrato limo arcilloso de unos 5 m de potencia que se comporta como acuitardo y lo separa del Acuífero Puelche.

La permeabilidad del Pampeano varía entre 1 y 5 m/d, con una productividad que puede alcanzar a 30 m 3 /h por pozo (Auge, 1990). Su salinidad es inferior a 1 g/l en la Llanura Alta, pero cuando está relacionado al Postpampeano se incrementa hasta 15 g/l.

Arenas Puelches (Plio-Pleistoceno). Es una secuencia de arenas cuarzosas, finas y medianas blanquecinas y amarillentas, con estratificación gradada, de origen fluvial y un espesor variable entre 15 y 30 m. Constituyen el acuífero más importante por su calidad y productividad, siendo el más explotado de la zona y del país, pues de él se abastece el Conurbano de Buenos Aires.

Todos los pozos del servicio de agua potable de La Plata y alrededores, captan agua del Acuífero Puelche con una productividad individual entre 40 y 160 m 3 /h y una salinidad inferior a 1 g/l, pero en la Planicie Costera el contenido salino se incrementa hasta 20 g/l. La transmisividad media del Puelche es de 500 m 2 /d, producto de una permeabilidad de 25 m/d y un espesor medio de 20 m.

"Las unidades sedimentarias que subyacen a las Arenas Puelches (Formaciones Paraná y Olivos), carecen de mayor interés hidrogeológico pues contienen agua con salinidad de 7 a 60 g/l.

En La Plata, a 486 m de profundidad, se alcanzó el basamento cristalino Precámbrico, integrado por rocas gnéisicas similares a las que afloran en la Sierra de Tandil y en gran parte del territorio uruguayo" (Auge, 1990). En el Jardín Botánico de la ciudad de Buenos Aires aparece a los 215 mts.

Hacia la cuenca del Salado el basamento se profundiza debido a fracturas escalonadas de rumbo NO-SE, hasta más de 6 Km en el cabo San Antonio (Zambrano 1974).

 

Vulnerabilidad

En las Figuras 1 y 2 se indican el área cultivada y la profundidad de la superficie freática, dado que el espesor de la zona subsaturada, junto con sus características litológicas, el desarrollo del suelo y contenido de materia orgánica del horizonte A, actúan como efectivos filtros naturales respecto a la mayoría de los contaminantes vertidos en superficie.

La profundidad del agua freática correspondiente al Acuífero Pampeano varía entre menos de 5 y más de 20 m, siendo la más frecuente entre 10 y 15 m.

Profundidades menores de 5 m generalmente derivan en acuíferos de alta vulnerabilidad respecto a la contaminación, mientras que las mayores de 20 m se asocian con acuíferos de baja vulnerabilidad.

La franja intercalada (5 a 20 m), puede considerarse como de vulnerabilidad media.

Este concepto carece de valor práctico si no se lo asocia con el de riesgo, que implica la existencia de actividades que generen un peligro potencial o comprobado para la contaminación del agua subterránea.

En este caso, el riesgo es alto por las elevadas cargas de pesticidas y fertilizantes utilizados en el ámbito cultivado y respecto a la posición del agua, resultan más vulnerables las zonas donde esta se ubica a menor profundidad (< 5 m).

Cappannini, D. A. y Mauriño, V. E. 1966. Suelos de la zona litoral estuárica entre las ciudades de Buenos Aires al norte y La Plata al sur. INTA, Colecc. Suelos 2: 7-45. Buenos Aires.

Ver también este estudio sobre Regiones hidrogeológicas de Miguel Augé.

 

Geología urbana del area metropolitana bonaerense por Fernando X. Pereyra

Los limos y arenas finas inorgánicos son la unidad dominante e incluyen a los sedimentos loessicos pampeanos (Formaciones Ensenada y Buenos Aires) así como los sedimentos arenosos postpampeanos, incluidos en la Formación La Postrera.

Utilizando la clasificación del sistema unificado americano de suelos, los sedimentos pertenecen a los grupos ML, MH y SM. Aparecen por encima de cotas de 6 m s.n.m. y conforma las amplias divisorias. Son los materiales aflorantes que poseen menores inconvenientes como materiales de cimentación y las mejores condiciones de drenaje y permeabilidad.

Los limos y arcillas inorgánicas con subordinadas facies orgánicas, pertenecen principalmente a los grupos ML, Cl y, en menor proporción al grupo OL. Incluyen a los sedimentos fluviales más nuevos.

Las arcillas y limos orgánicos e inorgánicos poseen importante representación areal, disponiéndose por debajo de los 6 m s.n.m., ocupando los valles fluviales principales y la planicie del río de la Plata.

Estos sedimentos presentan grandes inconvenientes para las cimentaciones, incluyendo proporciones variables de arcillas expansibles y decididamente malas condiciones de permeabilidad.

Estos materiales aparecen principalmente en la zona norte y la zona sur de la ciudad de Buenos Aires.

Mientras que la segunda posee una menor densidad de población, en la primera se localizan parte de los barrios de Belgrano, Núñez, Saavedra y Palermo de alta densidad poblacional, por lo que muchos problemas ambientales de estos sectores se deben, al menos parcialmente a las características geotécnicas del sustrato.

Finalmente los rellenos finos y materiales orgánicos naturales y rellenos heterogéneos poseen propiedades variables resultado de las mezclas de materiales utilizadas para realizarlos, que incluyen materiales de escombros de la construcción, sedimentos pampeanos excavados, materiales refulados de los dragados del río de la Plata y desechos domiciliarios e industriales.

En los valles fluviales se observan suelos de menor desarrollo edáfico y mayor expresión de rasgos hidromórficos. Son Endoacuoles típicos, de perfiles comparativamente simples, que gradan pendiente arriba a Hapludoles ácuicos, típicos y énticos.

En general los Endoacuoles se hallan bien provistos de materia orgánica y dominan las texturas limosas y franco-limosas.

Los rasgos hidromórficos, como moteados y colores gley, suelen aparecer por debajo del horizonte superficial (mólico).

En las proximidades de los cursos fluviales se encuentran Entisoles, principalmente Fluventes y Acuentes de muy escaso desarrollo pedogenético.

Finalmente, es el antiguo ambiente litoral el que tiene la mayor complejidad edáfica, habida cuenta de la heterogeneidad geomorfológica que exhibe.

Los cordones de conchillas poseen suelos de tipo Haprendoles. Son Molisoles que precisamente deben sus principales características a la presencia de abundante CaCO3 (procedente de las conchillas).

Se encuentran bien provistos de materia orgánica, son gruesos (arenosos y areno-gravillosos) y los perfiles son A-ACk-K. Se asocian estrechamente a la vegetación de talas.

El ambiente de la antigua planicie de marea se caracteriza por tener suelos de texturas finas, generalmente arcillosas, debidas a la incidencia del factor material originario.

La arcillas presentan importante participación de especies mineralógicas expansivas (Smectitas e interestratificados) que determinan la presencia de caras de deslizamiento entre los agregados del suelos.

Consecuentemente, se reconocen suelos del Orden Vertisoles, del Gran grupo Hapludertes.

En los sectores en los que los cordones se hallan cubiertos de materiales eólicos arenosos retransportados, se encuentran Udipsamentes (Entisoles) de muy débil desarrollo pedogenético.

Se han diferenciado seis unidades cartográficas, a las que se sumaría, ocupando un pequeño sector, los suelos del delta del Paraná.

La Unidad Cartográfica 1 (U.C. 1), corresponde a los suelos “zonales” ubicados en la planicie loéssica. Son Argiudoles típicos a vérticos y Hapludoles típicos.

La U.C. 2 son los suelos de las planicies aluviales y terrazas fluviales. Está integrada por suelos de menor grado de desarrollo edáfico con características hidromórficas y régimen ácuico. Son Endoaucoles típicos, Hapludoles énticos, Udifluventes típicos y Natracuoles típicos.

La U.C. 3 se encuentra ubicada en el antiguo ambiente marino-estuárico y también se hallan suelos mal drenados, como Endoacuoles típicos y Fluvacuentes típicos. También aparecen suelos algo salinos y sódicos, como Natracuoles típicos y Natracualfes típicos y suelos con arcillas expansibles (Hapludertes típicos).

Los sectores de los cordones litorales corresponden a la U.C. 4 y están representados principalmente los Haprendoles típicos y, en menor proporción, Hapludoles énticos y Udipsamentes típicos.

La U.C. 5 posee también suelos ácuicos y corresponde al ambiente de lagunas y bajos anegadizos ubicados en las antiguas cubetas de deflación de la planicie loessica (Endoacuoles, Natracuoles, Argiudoles y Hapludoles ácuicos, Argiacuoles típicos y Natracualfes típicos).

Finalmente, en los laterales de los valles, se observa la U.C. 6, con suelos similares a los de la U.C. 1, pero con menor grado de desarrollo y con fases más someras y erosionadas.


Del estudio de los suelos surge, en líneas generales, que independientemente del lugar del paisaje que ocupen, todos los suelos de la región presentan características que permiten inferir diferentes grados de saturación del perfil con agua.

Asimismo, la existencia de un horizonte argílico implica una permeabilidad moderada a baja determinando una capacidad de almacenamiento de agua baja, lo que es importante a la hora de considerar los coeficientes de escorrentía que no deben limitarse al estudio del horizonte mólico.

En las planicies aluviales o costeras donde el «querandinense» aflora o se encuentra subaflorante los materiales originarios son básicamente arcillosos y de gran potencia por lo que la infiltración es mínima.

La expansión urbana progresiva en sectores en los que afloran sedimentos marinos finos, localizados principalmente en lo que es el frente urbano de la ciudad respecto al río de la Plata, constituye un problema geoambiental de importancia.

En estos sectores, principalmente hacia el sur y el norte del área urbana (Berazategui-Berisso y Tigre-Escobar-Pilar respectivamente), viven más de 1.000.000 personas, las cuales de una u otra forma pueden verse afectadas por estos materiales.

Muchas viviendas familiares no se han construido teniendo en cuenta este tema, por lo que presentan serios problemas de cimentación.

Debe realizarse una zonificación de estos materiales (que debe partir del mapeo de los depósitos querandinenses) e incorporarse a una normativa que regule el tipo de cimentación y construcción de viviendas en esos sectores.

 

Consideraciones finales

En la región urbana de Buenos Aires, pese al incuestionable rol que juegan en los estudios ambientales, el aporte de las Ciencias de la Tierra a los mismos han sido una contribución generalmente soslayada, salvo en contados casos.

La falta de mapas temáticos, con el objetivo de realizar zonificaciones y establecer pautas de ordenamiento territorial, aparece como una de las principales falencias.

Para prevenir futuros problemas ambientales los organismos gubernamentales deben ejercer mayor control sobre la ocupación y uso del territorio, alcanzando un balance entre el crecimiento urbano y la preservación del medio natural.

La preservación de espacios verdes naturales o poco intervenidos aparece como una de las principales acciones a implementar a nivel región y en este aspecto, salvo algunos planes del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, la falta de políticas y acciones es alarmante.

Respecto a las inundaciones, las actividades encaradas han sido fundamentalmente de tipo estructurales y limitadas a las canalizaciones y entubamientos, las que en la mayoría de los casos no han constituido soluciones.

Cualquier solución debe contemplar en primer lugar el manejo integral de las aguas desde las cabeceras, tratando de retardar los picos de inundación y aumentando la infiltración donde sea posible.

La disposición final de residuos domiciliarios e industriales constituye la principal fuente de contaminación de las aguas y suelos del área metropolitana bonaerense.

Si bien existen empresas que realizan la recolección de los mismos, generalmente su disposición final se hace sin tratamiento y separación en zonas generalmente poco aptas.

Ante la potencial colmatación de los sitios afectados a los rellenos sanitarios, es necesario incorporar decididamente las características geoambientales de los potenciales sitios como criterio principal de selección de futuros sitios de disposición final.

Considerando las diferentes variables ambientales y la creciente expansión de la zona urbanizada hacia los sectores costeros, debe destacarse que es precisamente esta zona (correspondiente a la planicie poligenética del río de la Plata) la unidad de paisaje menos apta para la mayor parte de los usos antrópicos y la más sensible frente a posible intervenciones humanas.

Cualquier plan de ordenamiento debería contemplar esta situación y regular y limitar sensiblemente los usos y ocupación de la misma.

Finalmente, deben ser tenidos en cuenta tres aspectos a la hora de hacer grandes inversiones en obras de infraestructura: las soluciones propuestas deben ser técnicamente realizables, económicamente viables y ecológicamente aceptables. En esta tríada está la real solución.

Las medidas propuestas deben tender a ser abarcativas ancladas sólidamente en el conocimiento y comprensión de la dinámica geológica y geomorfológica natural.

La experiencia indica una secuencia de trabajo que debe tener como primer aspecto el hecho de estudiar y conocer antes de invertir y ejecutarlo.

Asimismo, el conflicto existente entre el beneficio individual (vinculado al uso de la tierra y apropiación particular de recursos naturales) y el bienestar común actual y de futuras generaciones, hasta el presente se ha resuelto en forma casi excluyente a favor de los primeros.

Revertir esta tendencia es una de las principales acciones que deberá encarar la comunidad en un futuro inmediato.

Ver la rica Geología urbana del área metropolitana bonaerense de Fernando Xavier Pereyra.

 

Por el geol. Carlos H. Zilli, Campana

Señor Director:
con la única intención de arrojar algo más de luz sobre un tema bastante controvertido como lo es el de la provisión de agua potable al Barrio San Cayetano, quisiera agregar algunas reflexiones que agradeceré tenga a bien publicar.

El barrio San Cayetano (o al menos su primer asentamiento o núcleo fundacional) ya tiene más de 50 años.

El barrio San Cayetano se levanta sobre terrenos pertenecientes a lo que, desde el punto de vista geomorfológico, se denomina ¨llanura de inundación¨ o ¨llano aluvial¨ o ¨llano inundable¨ del arroyo Pesquería, o, lo que es lo mismo, sobre terrenos pertenecientes al mismísimo valle de inundación del colector mayor de la cuenca: el Río Paraná; que es algo así como el 4º río del mundo, por lo que no resultan extraños ni los impresionantes volúmenes de sus caudales de crecida: 30.000 m3 /seg en las crecidas normales y hasta 45000m3 /seg para las crecidas extraordinarias (año 1905) ni las catastróficas consecuencias que las mismas traen aparejadas.

La cota de estos terrenos se halla aproximadamente a 2,5m según indican las curvas de nivel de la carta Campana Sur a escala 1:50.000 del IGM. (La cota es la altura en metros de cualquier lugar del continente, referida al nivel cero que resulta de considerar el nivel medio de las mareas, medidas en el puerto de Mar del Plata).

La cota de seguridad hídrica que impone la Dirección de Hidráulica de la Prov. de Bs. As, para que nadie se inunde, es de 4,5.

Luego, cada asentamiento urbano que se encuentre ubicado a cotas inferiores está sencillamente fuera de toda norma de seguridad y desprotegido ante eventuales inundaciones.

Ergo, si esto se sabe y nadie ha hecho nada por erradicar estos asentamientos, ha incumplido sencillamente con la normativa técnico-legal. Y en Campana, hace más de 50 años que esto sucede.

Los terrenos pertenecientes a estos valles inundables de ríos y arroyos de llanura, se van conformando por la lenta y constante acumulación de sedimentos finos a muy finos (arenas muy finas, limos, arcillas y hasta coloides) arrastrados y luego decantados por los cursos de agua al cesar su capacidad mecánica de arrastre al llegar a sus niveles de base: el Paraná, en el caso de los arroyos y el Río de la Plata en el caso del Paraná.

Son terrenos hidromórficos (suelos con nivel de agua muy próximo a la superficie) geológicamente jóvenes y, por ello, poco o nada endurecidos.

Estas áreas actualmente inundables de ríos y arroyos, también lo fueron durante periodos geológicos mas prolongados, en un pasado no muy lejano.

Cada vez que durante la evolución geológica de la Tierra se generan periodos de clima cálido y se derriten importantes cantidades de hielo de los casquetes polares, el nivel de los mares asciende.

Consecuentemente, el mar ingresa (por espacios de tiempo mas o menos prolongados) por estos valles, depositando sedimentos finos de indudable origen marino.

Las conchillas de braquiópodos y bivalvos que suelen aparecer en las perforaciones y/o excavaciones realizadas en estos terrenos, tanto como los gruesos y blandísimos mantos de barros arcillosos negros (típicos de aguas no tan someras, que generan un ambiente reductor) también lo indican.

Las características hidrogeológicas ya descritas, más la presencia muy cercana del agua freática que, influida por los cursos de agua, satura estos sedimentos de baja permeabilidad, generan importantísimos problemas que se traducen siempre en altísimos costos para los municipios cada vez que realizan obras de infraestructura ya que: a) obligan a ejecutar costosísimas obras de contención de inundaciones que conllevan la construcción de grandes terraplenes y carísimas centrales de bombeo para evacuar las aguas pluviales interiores del cuenco. b) reducen sensiblemente los valores portantes de los suelos de fundación, obligando a costosísimas soluciones técnicas para asegurar la estabilidad de las estructuras allí fundadas. c) generan acuíferos freáticos que, si bien son poco profundos y por ende de fácil accesibilidad, las obras de captación instaladas en ellos resultan, además de precarias, técnicamente ineficientes: la baja permeabilidad de estos sedimentos impide erogar grandes caudales y las aguas alumbradas son de mala calidad (salobres o amargas); además, son fácilmente vulnerables en su calidad químico-bacteriológica, dada su fácil contaminación por excretas de pozos negros y por contaminantes provenientes del uso agrícola de campos y de antiguos y actuales depósitos a cielo abierto de residuos domiciliarios ubicados en la alta cuenca del Pesquería.

Para agravar el cuadro, ni siquiera existe la seguridad de que el acuífero Puelche, que podría abastecer con abundante agua de buena calidad al barrio, esté presente en el subsuelo del lugar, ya que el mismo podría haber sido removido por la última ingresión marina (Querandinense), dejando en su reemplazo los barros arcillosos negros ya mencionados, que, por datos extraídos de estudios geotécnicos realizados de la zona, alcanzarían profundidades mayores a los 30m.

Ante este cuadro de situación y vistos los inconvenientes y dificultades reales que se presentan en este asentamiento, donde el progreso viene en carreta y los problemas en avión, surge claramente que ganábamos plata, civilización y salud, si alguien, en su momento, hubiera tenido el buen tino de impedir su radicación, o bien, de atender posteriormente a su re-localización.

No podría precisar (aunque las sospecho) las causas que llevaron a distintas administraciones a ejercitar tan prolongada inacción ante este problema, pero no deja de sorprender que un político opositor a la actual administración, sienta vergüenza por una situación que también revela su propia inacción, toda vez que, como representante elegido por el pueblo de una agrupación política que llegó 6 veces al poder, nunca se haya avergonzado del camión aguatero de San Cayetano cuando el agua la repartían sus correligionarios.

He visto que, después de 50 años en los que distintas administraciones comunales han tratado de soslayar el problema, la actual gestión, al menos, ya ha levantado el tanque elevado dentro del barrio, restando esperar que la geología juegue esta vez a su favor, para que la perforación correspondiente (a realizarse en un ambiente hidrogeológico potencialmente hostil) alcance a erogar el caudal necesario y que, la calidad del agua alumbrada, tenga las características de potabilidad adecuadas para el consumo humano.

Esperemos que así sea para que toda esta barriada que se encuentra ¨...ajenas vacas arriando y ajenas culpas pagando...¨ pueda resolver a la brevedad este acuciante problema.

Y alentemos para que el camión cisterna municipal, mientras tanto, siga cumpliendo con su cometido. El agua que reparte es muy superior en calidad hidroquímica y bacrteriológica a la que pueda extraerse de cualquier bomba ¨sapo¨ de muchas de las casas del lugar.

Y quien no lo crea... que mande a hacer un análisis.
Atte.  geozil@utenet.com.ar

 

 

Temperaturas del Cuaternario

Fases frías (glaciales), períodos en que sobrevienen fuertes glaciaciones y fases templadas (interglaciares) en las que disminuyen las masas de hielo.

En las fases templadas había en general condiciones climáticas y fitogeográficas similares a las actuales y en ciertas épocas, hasta más cálidas.

En Sur América, especialmente en la Patagonia, se constatan cuatro épocas frías de manera análoga a las investigaciones efectuadas en el hemisferio norte.
Glaciación patagónica         Glaciación Alpina           alrededor de
       Villamanca                          Günz              + de 900.000 años
         Colorado                           Mindel                    500.000 años
         Diamante                            Riss                        280.000 años
           Atuel                               Wurm                       65.000 años                   

Sobre todo en Sudamérica se encuentran todavía huellas de glaciaciones de tiempos remotos. Hacia la era del continente Gondwana —en los períodos del precámbrico y permocarbonífero— grandes masas de hielo cubren ese territorio conformado por África, América del Sur y Australia cuyos sedimentos aún perduran.

En las regiones no glaciares predomina en aquel tiempo un clima de tundra en las latitudes medias caracterizadas por suelos permanentemente helados (permafrost) y formación de escombros de hielo. Para Sudamérica son importantes estas grandes sedimentaciones de löss provenientes de esa era.

Del holoceno acercamos estas breves referencias sedimentarias recientes.

Cambios paleoambientales acaecidos en el centro sur del Brasil durante el Holoceno.
A partir de muestras de sedimentos de la región y de otras subcuencas del Paraná en territotio paranaense, Stevaux (1994) propone la hipótesis de variaciones climáticas con alternancia de períodos seco/húmedos desde fines del pleistoceno hasta el presente, estableciendo los siguientes estadios:

1) Primer período seco(>40.000-8.000 a.AP);
2) Primer período húmedo (8.000-3.500 a.AP);
3) Segundo período seco (3.500-1.500 a.AP) y
4) Segundo período húmedo, desde los 1500 años hasta el presente.